La Regla de los Tercios es un principio, usado en fotografía, pintura, vídeo y en cualquier arte visual, para realizar composiciones en base a una división del espacio concreta.
Propone dividir el espacio con dos líneas imaginarias paralelas y equidistantes en horizontal y dos más, colocadas de la misma forma en vertical.
Se deja de esta manera, un espacio dividido en nueve partes creadas con esas líneas y cuatro intersecciones que se convierten en puntos de interés focal, donde se cruzan las mismas líneas.
Hola, soy Cristina Sanjosé. Vivo en Moncada, un pueblo al norte de Valencia y soy diseñadora gráfica.
Diseño y creo, casi todo tipo de materiales gráficos, digitales y para impresión.
Gestiono de forma profesional Redes Sociales, especialmente para pequeñas empresas, autónomos, trabajadores freelance y hasta asociaciones.
Esta forma de composición, la Regla de los Tercios, debería tenerse en cuenta al crear cualquier imagen. No solo en diseño gráfico. La Regla de los Tercios se usa y se ha usado desde hace siglos, en todas las artes visuales. Desde la pintura, hasta el cine y por supuesto en fotografía, una vez se conoce y se aprecia, vamos a poder identificar su uso en cualquier composición.
Por eso, si en el arte se usa, cuánto más se deberá usar en diseño gráfico y en imágenes de comunicación directa. En esencia, se trata de una composición interesadamente persuasiva. Se trata de dirigir la mirada y la permanencia de esta, en los objetos que más nos interesan.
Y siendo así, en el mundo de las Redes Sociales, donde no es solo importante captar y mantener la mirada de los usuarios rápido y el mayor tiempo posible, sino que es la única forma de publicar con utilidad, conocer y usar la Regla de los Tercios se vuelve imperativo.
No se trata de ser rígidos con los puntos focales. El ejemplo de un horizonte nos enseñará realmente cómo se puede distribuir el contenido de una imagen con la Regla de los Tercios sin «esclavizarnos» a los puntos de interés o focales de esta composición.
El común ejemplo de un horizonte puede ayudarnos a la perfección a entender cómo realmente funciona la Regla de los Tercios.
En este caso, cuando normalmente tenderíamos a colocar el horizonte en el medio horizontal de la fotografía o imagen, al usar la Regla de los Tercios, nos damos cuenta de que queda mucho más expresiva esa fotografía o imagen si colocamos la línea del horizonte más alto o más bajo. Justo ocupando solo un tercio para el cielo por ejemplo y la línea del visual de horizonte sobre la línea imaginaria de los tercios y ocupando los puntos focales.
Aunque otro día os contaré porque actualmente no es recomendable usar imágenes cuadradas para publicar en Redes Sociales, hasta para este formato, es posible usar la Regla de los Tercios.
Pero tanto si vamos a crear imágenes alargadas (altas) para historias en Instagram, en Facebook y hasta para estados en WhatsApp, videos cortos para publicar como Reels en Facebook, en Instagram o en Tik Tok o si queremos crear imágenes de portada o cabecera en estas u otras Redes Sociales, vamos a tener que dividir el espacio de la misma manera para usar la Regla de los Tercios.
No significa que tengamos que crear, dibujar o colocar las líneas realmente en nuestra imagen. Más bien, se trata de imaginarlas y sobre todo imaginar, dónde se interseccionarían unas con otras. ¡ES AHÍ DONDE DEBEREMOS COLOCAR LOS ELEMENTOS QUE QUERAMOS DESTACAR!
Y no tienen por qué ser imágenes. Podemos usar los puntos de interés visual, los puntos focales o esos puntos que van a captar la atención visual del usuario de las Redes Sociales, para colocar un texto, un color o una figura. Lo que hayamos estudiado o valorado que una vez captada la vista, va a conseguir mantenerla.
En los 4 puntos que se forman en la intersección de las líneas de la Regla de los Tercios, colocaremos cualquier objeto, imagen, texto, figura, capaz de mantener la atención del usuario de Redes Sociales, ya que gracias al uso de la regla hemos conseguido captar.
En nuestras publicaciones en Redes Sociales, seguiremos la Regla de los Tercios para captar el interés del observador no solo con objetos o imágenes. Un buen texto, colocado en no de los tercios o en uno de los puntos de interés, puede ser la clave.